OBJETIVOS DE PASTORAL
- Recuperar en lo educativo la capacidad de asombro y contemplación, dejando hueco a Dios, a su novedad y a su sueño. Acoger la vida, para darla, ofrecerla y compartirla.
- Elegir para vivir plenamente, sabiendo que hay sueños por construir. Hay decisiones que nos hacen soñar con algo grande, que nos ilusionan. Nos hacen ver que nuestra vida tiene un para qué, pequeñas decisiones que nos hacen vislumbrar un horizonte grande y profundo, un horizonte mucho mayor que los modelos de éxito que nos venden socialmente.
- Confiar en Dios para la toma de decisiones. Él suscita en nuestro corazón las posibilidades que nos van a dar más vida, aquellas que nos van a hacer crecer más. Se trata de saber reconocer esas posibilidades, de discernir cómo Dios se mueve en nuestro corazón.
Elegir es una acción fundamental en la vida. Elegimos constantemente. Unas elecciones son cotidianas y otras son fundamentales, pero todas ellas nos ayudan a crecer y nos recuerdan que en la vida es importante decidir de una forma sosegada, paciente y valiente. En este curso, nos haremos conscientes de las diferentes opciones, posturas y planes que tenemos y también los deseos que surgen. Aprender a decidir con la cabeza y con el corazón y también a saber que en medio de las decisiones de la vida, está Dios que pasa por nuestras vidas.
El lema de este año es “ELEGIR PARA SOÑAR”, nos enseñará a caer en la cuenta de la importancia de elegir en la vida. No podemos no elegir, estamos continuamente eligiendo, decidiendo: escuchar o no, hablar o no, ayudar o no, salir o no, descansar o no, etc. Lo importante es que seamos cada uno de nosotros y no las circunstancias o presiones las que elijan por nosotros. Si tú no eliges, si tú no sabes elegir, otros lo harán por ti, pero no hemos de olvidar que antes de que nosotros elijamos Dios mismo nos ha elegido a nosotros, ha elegido amarnos incondicionalmente, cuidarnos, hacernos crecer.
Además, hemos de ser conscientes que las decisiones que vamos tomando van trazando un camino, nos van dirigiendo hacia un horizonte. Hay decisiones que nos hacen soñar con algo grande, que nos ilusionan. Nos hacen ver que nuestra vida tiene un para qué, pequeñas decisiones que nos hacen vislumbrar un horizonte grande y profundo, un horizonte mucho mayor que los modelos de éxito que nos venden socialmente.
En cambio hay otras decisiones que nos van desgastando, haciendo que no deseemos nada más que nuestro propio interés, el cual siempre queda insatisfecho y no sueña con nada que le movilice sino que espera que todo se lo den.
Dios cuenta con nuestras decisiones, no somos marionetas en sus manos, nos da la posibilidad continua de elegir, y por ello también de equivocarnos. Él suscita en nuestro corazón las posibilidades que nos van a dar más vida, aquellas que nos van a hacer crecer más. Se trata de saber reconocer esas posibilidades, de discernir cómo Dios se mueve en nuestro corazón.